1.Empezamos limpiando las alcachofas. Retiramos las hojas más duras y externas hasta llegar al corazón (donde las hojas empiezan a ser más tiernas y se ven de color más amarillento). Cortamos el tallo y arreglamos la base, con ayuda de una puntilla o un pelador. Cortamos también la punta y reservamos en agua con limón, para evitar que se oxiden mientras limpiamos las demás alcachofas.
2.Hervimos en abundante agua con sal hasta que estén tiernas (podemos añadir medio limón para evitar que se oxiden durante la cocción). Tardarán en torno a 15-20 minutos. Retiramos de la olla y escurrimos bien. Podemos extenderlas sobre papel absorbente para facilitar el secado.
3.Abrimos las hojas con mucho cuidado hasta formar una especie de flor. Doramos por ambos lados en una sartén con aceite de oliva. Volteamos y retiramos con cuidado para evitar que se rompan.
4.Servimos con un buen chorro de aceite, sal en escamas y virutas de jamón… ¡a disfrutar!